Después de que Juan el Bautista
fue encarceladoMateo 4:12 dice: “Cuando Jesús oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea”. Aunque Juan el Bautista ministraba en el desierto, y no en el templo santo de la ciudad santa, estaba en Judea, no muy lejos de las cosas “santas”. Puesto que el pueblo había rechazado a Juan, el Señor Jesús se retiró a Galilea para comenzar Su ministerio, muy lejos del templo santo y de la ciudad santa. Esto ocurrió bajo la soberanía de Dios para que se cumpliera la profecía de Isaías 9:1 y 2.
Conforme al concepto humano, Jesús debería haber empezado a ministrar desde el templo santo en la ciudad santa, Jerusalén. Pero le llegaron las noticias de que Su precursor, Juan el Bautista, había sido encarcelado. Esto le sirvió como indicio al nuevo Rey de que Jerusalén se había convertido en un lugar de rechazo; por lo tanto, no podía empezar Su ministerio real allí.
Dios, en Su economía, tenía la intención de que hubiese un cambio completo, de la vieja economía a la nueva. La vieja economía había resultado en una religión, un templo, una ciudad y un sistema de adoración externa. Todo lo que estaba en la vieja economía fue sistematizado de manera externa. En Su nueva economía, Dios lo renunció todo y empezó de nuevo. Bajo Su soberanía el ambiente correspondió a este cambio en Su economía. El Señor Jesús sabía que no podía comenzar a ministrar en Jerusalén, debido a que ésta rechazó a aquel que había recomendado al nuevo Rey, pues no le darían la bienvenida en Jerusalén.
Aunque el nuevo Rey era el Hijo de Dios y había sido ungido con el Espíritu de Dios, no se menciona en este pasaje que oró con respecto a dónde debería ir a ministrar. Tampoco leemos que El tuvo un sentir profundo en su ser, el cual le conducía al norte, lejos de Jerusalén. Al contrario, el Señor examinó el ambiente y de él recibió un indicio claro de la dirección en que debía ir. No debemos creer que podemos ser tan espirituales que no necesitamos prestar atención a lo que nuestro ambiente nos indica. Incluso el Rey del reino celestial, el Hijo de Dios ungido con el Espíritu Santo, actuó conforme a lo indicado por el ambiente. El concepto del Señor no era natural ni religioso. Además, no se basaba en la historia. Según ella, como Rey ungido debía haber ido a la capital, a Jerusalén, porque éste es el lugar apropiado para el Rey. No obstante, fue a Galilea porque Su precursor, es decir, aquel que lo había recomendado, había sido encarcelado. Según lo esperado, era ridículo que el Rey recién ungido saliera de la capital y fuera a una región menospreciada para empezar Su ministerio real. Además, no fue al sur a, donde David fue entronizado, ni a Betsabé, donde Abraham vivió, sino a Galilea.
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