viernes, 29 de agosto de 2008

TOCAR EL ESPIRITU

Cómo tocar el espíritu que yace detrás de la Palabra (1 de 2)
¿Cómo podemos tocar el espíritu que está detrás de la Palabra? Quisiéramos destacar que esto sólo se puede llevar a cabo por la disciplina del Espíritu Santo, no por el esfuerzo del hombre. La disciplina del Espíritu Santo indica que el Espíritu de Dios reemplaza las obras del hombre. El Espíritu de Dios dispone las circunstancias y actúa en nosotros hasta que nuestro espíritu llega a ser compatible con el de las Escrituras. Aunque los dos espíritus no son idénticos, deben tener caracteres afines. Sólo entonces tocaremos el espíritu que se halla detrás de la Palabra, pues cuando ambos están al mismo nivel, podemos tocar lo que yace detrás de la Palabra. Podemos llegar a la cumbre más elevada en el estudio de las Escrituras cuando nuestro espíritu armoniza con el espíritu de los escritores de la Biblia. Cuando esto sucede, tocamos el contenido espiritual de la Palabra.
El espíritu que yace detrás de la Palabra es un espíritu muy específico y definido; no está escondido detrás de ella de una manera vaga. El Espíritu Santo primero amolda los escritores de la Biblia; después los sella con Su aprobación, y por último los usa como amanuenses de las Escrituras. El espíritu de ellos era perfecto, y por medio de sus espíritus el Espíritu Santo escribió las palabras que constituyeron la Biblia. Es decir, la inspiración del Espíritu Santo no solamente incluye las palabras que escribieron los hombres, sino también la preparación de esos hombres para que fueran vasos útiles. Ya que estos vasos fueron llenos del Espíritu, pudieron escribir lo que escribieron. Por tanto, el espíritu de la Biblia es perfecto, dinámico, infalible y exacto. El Espíritu Santo actuó en el espíritu de los escritores y puso Su marca de aprobación y satisfacción en ellos. El concluyó que estos hombres no iban a restringir ni limitar Su libertad; El podía expresar sus intenciones libremente. Ni siquiera su más ligero aliento ha sido inhibido por tales hombres. Podemos decir que la Biblia es el mismísimo aliento del Espíritu Santo. Comunica el espíritu de los hombres, pero cuando se expresa, lleva consigo el mismo aliento del Espíritu Santo. El tiene absoluta libertad en estos hombres, de tal modo que sus espíritus se confunden con El, y la manifestación de sus espíritus es casi la misma que la Suya. Los escritores de la Biblia fueron guiados de esta manera por el Espíritu Santo al escribirla. Cuando leemos las Escrituras, nuestro espíritu también debe ser guiado por el Espíritu Santo a armonizar con el espíritu de quienes fueron ungidos para escribirla. Esta es la única manera en que podemos tocar el espíritu que se halla detrás de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia no es simplemente un examen de las palabras de la Biblia ni sólo el entendimiento de su significado. El Señor tiene que guiarnos a que nuestro espíritu llegue a ser uno con el espíritu de la Palabra.Extracto de lsm Watchman Nee
CRISTO ES DIOS AMEN...

No hay comentarios: