CAPITULO UNO
UNA PALABRA DE INTRODUCCION
Lectura bíblica: Ef. 1:9-10; 3:9-11, 2; Col. 1:25-27
La revelación completa de toda la Biblia nos muestra el impartir de Dios. La Biblia nos muestra que Dios quiere impartirse en (dentro de) Su pueblo escogido. Ningún otro punto es tan crucial o tan central como éste. Dios nos escogió, nos predestinó, nos redimió, nos salvó y nos regeneró con el propósito de impartirse y forjarse en nosotros. La intención de Dios se muestra en el Antiguo Testamento, pero no se revela completamente. El desarrollo pleno de esta revelación concerniente a la intención de Dios de impartirse en (dentro de) nosotros se encuentra en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento este asunto es el tema principal y el foco de la economía de Dios.
LA ECONOMIA DE DIOS
La economía de Dios es el plan de Dios, y este plan es un tipo de arreglo. Este arreglo es Su dispensación administrativa. Dios tiene un plan, un arreglo divino, una administración, para distribuirse dentro de Su pueblo escogido. Efesios 1:9-10 y 3:9-11 plenamente revelan este asunto. La palabra dispensación en estos versículos se refiere a la economía de Dios, al plan de Dios, al arreglo de Dios, a la dispensación administrativa de Dios. Este arreglo, este plan, esta dispensación, es para que Dios se imparta como el Dios Triuno procesado dentro de Su pueblo escogido. La Trinidad divina es para el impartir divino. El asunto del impartir se revela en Efesios 3:2 y Colosenses 1:25-27. En estos versículos la palabra administración significa impartir. Una administración es un impartir. Un camarero en un restaurante tiene la administración para servir comida a otros. El servir comida, el impartir comida a la gente, es la administración del camarero. Pablo nos dijo que Dios le había dado una administración. Su administración era su deber impartidor de impartir a Cristo como la corporificación del Dios Triuno dentro del pueblo escogido de Dios. Hoy día nuestra predicación del evangelio y ministración de la Palabra debe ser una impartición del Dios Triuno dentro de la gente.
El Nuevo Testamento revela al Dios Triunoquien es para el impartir
Debemos comprender que todo el Nuevo Testamento es un libro impartidor. Este abre el velo para mostrarnos el deseo de Dios de impartirse en (dentro de) Su pueblo. Muchos cristianos dirían que la Biblia es un libro de salvación. La Biblia, sin embargo, es algo más que esto; es un libro que revela el impartir del Padre, del Hijo y del Espíritu, quienes son corporificados en Cristo, consumados en el Espíritu, e intensificados en los siete Espíritus, dentro de Su pueblo escogido y redimido.
El Nuevo Testamento revela a unaPersona maravillosa
Hay veintisiete libros en el Nuevo Testamento. Cuando yo era joven, me enseñaron que el Nuevo Testamento podía dividirse en tres secciones. La primera sección eran los cinco libros desde Mateo hasta los Hechos, los libros históricos. La segunda sección, de Romanos a Judas, comprendía las Epístolas, las cartas escritas por los apóstoles. La última sección comprendía el libro de Apocalipsis, un libro de profecía. Yo no diría que esta interpretación es equivocada, pero sí es superficial.
El Nuevo Testamento nos revela una Persona maravillosa. Esta Persona maravillosa era primero el Hijo de Dios revelado en los cuatro Evangelios. Luego, esta Persona llegó a ser el Espíritu vivificante, revelado en una forma plena y detallada en los veintidós libros de los Hechos a Judas. Luego, en Apocalipsis este Espíritu vivificante se intensifica en los siete Espíritus. Por esto podemos ver que el Nuevo Testamento nos muestra primeramente esta Persona como el Hijo de Dios, luego como el Espíritu y finalmente como los siete Espíritus.
He estudiado la Biblia casi todos los días desde 1925. La tabla en las páginas 10 y 11 es la consumación, la siega final y el extracto de mis cincuenta y nueve años de estudio del Nuevo Testamento. La tabla nos muestra que el contenido de la economía neotestamentaria de Dios es una Persona. Decir que esta Persona es Jesucristo es correcto, pero no es absoluta, perfecta y completamente correcto. El contenido de la economía neotestamentaria de Dios es una Persona, y esta Persona es el Dios Triuno. La oikonomía de Dios, la administración de la casa de Dios, es para que se distribuya El como el Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— dentro de Su pueblo escogido. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento son una revelación completa de una gran Persona: el Dios Triuno. Nadie es más grande que el Dios Triuno. Su grandeza alcanza tal punto que va más allá de nuestra comprensión.
UNA PALABRA DE INTRODUCCION
Lectura bíblica: Ef. 1:9-10; 3:9-11, 2; Col. 1:25-27
La revelación completa de toda la Biblia nos muestra el impartir de Dios. La Biblia nos muestra que Dios quiere impartirse en (dentro de) Su pueblo escogido. Ningún otro punto es tan crucial o tan central como éste. Dios nos escogió, nos predestinó, nos redimió, nos salvó y nos regeneró con el propósito de impartirse y forjarse en nosotros. La intención de Dios se muestra en el Antiguo Testamento, pero no se revela completamente. El desarrollo pleno de esta revelación concerniente a la intención de Dios de impartirse en (dentro de) nosotros se encuentra en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento este asunto es el tema principal y el foco de la economía de Dios.
LA ECONOMIA DE DIOS
La economía de Dios es el plan de Dios, y este plan es un tipo de arreglo. Este arreglo es Su dispensación administrativa. Dios tiene un plan, un arreglo divino, una administración, para distribuirse dentro de Su pueblo escogido. Efesios 1:9-10 y 3:9-11 plenamente revelan este asunto. La palabra dispensación en estos versículos se refiere a la economía de Dios, al plan de Dios, al arreglo de Dios, a la dispensación administrativa de Dios. Este arreglo, este plan, esta dispensación, es para que Dios se imparta como el Dios Triuno procesado dentro de Su pueblo escogido. La Trinidad divina es para el impartir divino. El asunto del impartir se revela en Efesios 3:2 y Colosenses 1:25-27. En estos versículos la palabra administración significa impartir. Una administración es un impartir. Un camarero en un restaurante tiene la administración para servir comida a otros. El servir comida, el impartir comida a la gente, es la administración del camarero. Pablo nos dijo que Dios le había dado una administración. Su administración era su deber impartidor de impartir a Cristo como la corporificación del Dios Triuno dentro del pueblo escogido de Dios. Hoy día nuestra predicación del evangelio y ministración de la Palabra debe ser una impartición del Dios Triuno dentro de la gente.
El Nuevo Testamento revela al Dios Triunoquien es para el impartir
Debemos comprender que todo el Nuevo Testamento es un libro impartidor. Este abre el velo para mostrarnos el deseo de Dios de impartirse en (dentro de) Su pueblo. Muchos cristianos dirían que la Biblia es un libro de salvación. La Biblia, sin embargo, es algo más que esto; es un libro que revela el impartir del Padre, del Hijo y del Espíritu, quienes son corporificados en Cristo, consumados en el Espíritu, e intensificados en los siete Espíritus, dentro de Su pueblo escogido y redimido.
El Nuevo Testamento revela a unaPersona maravillosa
Hay veintisiete libros en el Nuevo Testamento. Cuando yo era joven, me enseñaron que el Nuevo Testamento podía dividirse en tres secciones. La primera sección eran los cinco libros desde Mateo hasta los Hechos, los libros históricos. La segunda sección, de Romanos a Judas, comprendía las Epístolas, las cartas escritas por los apóstoles. La última sección comprendía el libro de Apocalipsis, un libro de profecía. Yo no diría que esta interpretación es equivocada, pero sí es superficial.
El Nuevo Testamento nos revela una Persona maravillosa. Esta Persona maravillosa era primero el Hijo de Dios revelado en los cuatro Evangelios. Luego, esta Persona llegó a ser el Espíritu vivificante, revelado en una forma plena y detallada en los veintidós libros de los Hechos a Judas. Luego, en Apocalipsis este Espíritu vivificante se intensifica en los siete Espíritus. Por esto podemos ver que el Nuevo Testamento nos muestra primeramente esta Persona como el Hijo de Dios, luego como el Espíritu y finalmente como los siete Espíritus.
He estudiado la Biblia casi todos los días desde 1925. La tabla en las páginas 10 y 11 es la consumación, la siega final y el extracto de mis cincuenta y nueve años de estudio del Nuevo Testamento. La tabla nos muestra que el contenido de la economía neotestamentaria de Dios es una Persona. Decir que esta Persona es Jesucristo es correcto, pero no es absoluta, perfecta y completamente correcto. El contenido de la economía neotestamentaria de Dios es una Persona, y esta Persona es el Dios Triuno. La oikonomía de Dios, la administración de la casa de Dios, es para que se distribuya El como el Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— dentro de Su pueblo escogido. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento son una revelación completa de una gran Persona: el Dios Triuno. Nadie es más grande que el Dios Triuno. Su grandeza alcanza tal punto que va más allá de nuestra comprensión.
lsm
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