Los Siete Espíritus, que proceden del Eterno,y que son del Redentor:la intensificación del Dios Triuno
En la tercera sección, Apocalipsis, vemos los siete Espíritus que proceden del Eterno, el que era, que es y que ha de venir. Los siete Espíritus proceden del Eterno y son del Redentor (Ap. 1:4-5) para ser la intensificación del Dios Triuno en la iglesia vencedora, lo cual se consuma en los candeleros de oro y en la Nueva Jerusalén. Esta es la finalización en el libro de Apocalipsis. La intensificación del Dios Triuno en la iglesia vencedora se consuma en los candeleros de oro en esta época y en la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y tierra nueva en la eternidad.
El Eterno, el que es, que era y que ha de venir, es Jehová en el Antiguo Testamento. Jehová en el Antiguo Testamento es revelado en Exodo 3 como el Dios Triuno, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob (vs. 14-15). En Apocalipsis 1:4-5 el “que es y que era y que ha de venir” es Dios el Padre Eterno. “Los siete Espíritus” que están delante del trono de Dios son el Espíritu operante de Dios, Dios el Espíritu. “Jesucristo”, para Dios “el testigo fiel”, para la iglesia “el primogénito de los muertos”, y para el mundo el “soberano de los reyes de la tierra” (v. 5), es Dios el Hijo. Este es el Dios Triuno. Sin embargo, este relato de la Trinidad es totalmente diferente al relato revelado en Mateo 28:19: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Solamente la palabra Espíritu se usa en Apocalipsis 1:4-5 y se usa en el plural: los siete Espíritus. También, el primero de la Trinidad no es el Padre sino el Eterno, el que era y que es y que ha de venir. Además, el Espíritu no es el tercero de la Trinidad sino el segundo de la Trinidad. Dios el Hijo es revelado como el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.
El libro de Apocalipsis revela que no hay sólo un Espíritu divino sino siete. Las iglesias Católica y Protestante respetan mucho el Credo Niceno. Ellos con frecuencia recitan este credo en su servicio dominical. El Credo Niceno, sin embargo, no incluye este punto de los siete Espíritus porque cuando fue hecho el Credo Niceno (el año 325 D.C.) el libro de Apocalipsis aún no había sido formalmente reconocido. (Apocalipsis fue reconocido de manera formal en el concilio de Cartago en el año 397 D.C.).
Los siete Espíritus son revelados en el libro de Apocalipsis como los siete ojos del Cordero (5:6). El Cordero es nuestro Salvador, Cristo, y los siete Espíritus son el Espíritu de Dios. Así que, los siete Espíritus son los siete ojos de Cristo. ¿Puede decir usted que sus ojos son una persona y que usted es otra persona? Esto muestra que el Espíritu no puede ser separado de Cristo. Apocalipsis nos revela un Cristo observante que tiene siete ojos que vigilan todas las iglesias. Los siete ojos, los siete Espíritus de Dios, son Cristo mismo que vigila todas las iglesias en esta tierra y observa su verdadera situación. Para que la iglesia venza la época oscura de hoy y la decadencia en la cristiandad de hoy, necesitamos al Espíritu de Dios intensificado siete veces.
Los siete Espíritus no sólo proceden del Eterno, sino que también pertenecen al Redentor porque los siete Espíritus proceden del trono del Eterno y los siete Espíritus son los siete ojos del Cordero. En Apocalipsis la Trinidad es los siete Espíritus que proceden del Eterno y que son del Redentor. Esta es la intensificación del Dios Triuno. Ahora tenemos tres palabras para describir al Dios Triuno en el Nuevo Testamento: corporificación, consumación e intensificación. En los cuatro Evangelios está el Dios Triuno corporificado en Jesucristo; de los Hechos a Judas está el Dios Triuno consumado en la iglesia; finalmente, en Apocalipsis está el Dios Triuno intensificado en la iglesia vencedora y consumándose en los candeleros de oro en esta edad y en la Nueva Jerusalén en la eternidad. Este es el libro de Apocalipsis, y ésta es la finalización de la economía de Dios.
En la tercera sección, Apocalipsis, vemos los siete Espíritus que proceden del Eterno, el que era, que es y que ha de venir. Los siete Espíritus proceden del Eterno y son del Redentor (Ap. 1:4-5) para ser la intensificación del Dios Triuno en la iglesia vencedora, lo cual se consuma en los candeleros de oro y en la Nueva Jerusalén. Esta es la finalización en el libro de Apocalipsis. La intensificación del Dios Triuno en la iglesia vencedora se consuma en los candeleros de oro en esta época y en la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y tierra nueva en la eternidad.
El Eterno, el que es, que era y que ha de venir, es Jehová en el Antiguo Testamento. Jehová en el Antiguo Testamento es revelado en Exodo 3 como el Dios Triuno, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob (vs. 14-15). En Apocalipsis 1:4-5 el “que es y que era y que ha de venir” es Dios el Padre Eterno. “Los siete Espíritus” que están delante del trono de Dios son el Espíritu operante de Dios, Dios el Espíritu. “Jesucristo”, para Dios “el testigo fiel”, para la iglesia “el primogénito de los muertos”, y para el mundo el “soberano de los reyes de la tierra” (v. 5), es Dios el Hijo. Este es el Dios Triuno. Sin embargo, este relato de la Trinidad es totalmente diferente al relato revelado en Mateo 28:19: el Padre, el Hijo y el Espíritu. Solamente la palabra Espíritu se usa en Apocalipsis 1:4-5 y se usa en el plural: los siete Espíritus. También, el primero de la Trinidad no es el Padre sino el Eterno, el que era y que es y que ha de venir. Además, el Espíritu no es el tercero de la Trinidad sino el segundo de la Trinidad. Dios el Hijo es revelado como el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.
El libro de Apocalipsis revela que no hay sólo un Espíritu divino sino siete. Las iglesias Católica y Protestante respetan mucho el Credo Niceno. Ellos con frecuencia recitan este credo en su servicio dominical. El Credo Niceno, sin embargo, no incluye este punto de los siete Espíritus porque cuando fue hecho el Credo Niceno (el año 325 D.C.) el libro de Apocalipsis aún no había sido formalmente reconocido. (Apocalipsis fue reconocido de manera formal en el concilio de Cartago en el año 397 D.C.).
Los siete Espíritus son revelados en el libro de Apocalipsis como los siete ojos del Cordero (5:6). El Cordero es nuestro Salvador, Cristo, y los siete Espíritus son el Espíritu de Dios. Así que, los siete Espíritus son los siete ojos de Cristo. ¿Puede decir usted que sus ojos son una persona y que usted es otra persona? Esto muestra que el Espíritu no puede ser separado de Cristo. Apocalipsis nos revela un Cristo observante que tiene siete ojos que vigilan todas las iglesias. Los siete ojos, los siete Espíritus de Dios, son Cristo mismo que vigila todas las iglesias en esta tierra y observa su verdadera situación. Para que la iglesia venza la época oscura de hoy y la decadencia en la cristiandad de hoy, necesitamos al Espíritu de Dios intensificado siete veces.
Los siete Espíritus no sólo proceden del Eterno, sino que también pertenecen al Redentor porque los siete Espíritus proceden del trono del Eterno y los siete Espíritus son los siete ojos del Cordero. En Apocalipsis la Trinidad es los siete Espíritus que proceden del Eterno y que son del Redentor. Esta es la intensificación del Dios Triuno. Ahora tenemos tres palabras para describir al Dios Triuno en el Nuevo Testamento: corporificación, consumación e intensificación. En los cuatro Evangelios está el Dios Triuno corporificado en Jesucristo; de los Hechos a Judas está el Dios Triuno consumado en la iglesia; finalmente, en Apocalipsis está el Dios Triuno intensificado en la iglesia vencedora y consumándose en los candeleros de oro en esta edad y en la Nueva Jerusalén en la eternidad. Este es el libro de Apocalipsis, y ésta es la finalización de la economía de Dios.
lsm
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