Quien se encarna es el Dios completo
Estrictamente hablando, la Biblia dice: “En el principio era el Verbo ... y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Aquí debemos ver que este Dios, quien era el Verbo, no es una parte de Dios ni solamente Dios el Hijo, sino Dios el Hijo y Dios el Padre y Dios el Espíritu, es decir, el Dios completo. El Nuevo Testamento no dice que el Verbo era Dios el Hijo; de hecho, no dice que el Verbo era Dios el Hijo, ni tampoco Dios el Padre ni Dios el Espíritu; más bien, el Nuevo Testamento dice que en el principio era el Verbo y que el Verbo era el Dios completo, esto es, el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu.
Luego, leemos que el Verbo se hizo carne (v. 14). Por tanto, Cristo es el Dios completo —el Padre, el Hijo y el Espíritu— que se ha encarnado. Estrictamente hablando, el Nuevo Testamento no dice que el Verbo se hizo hombre, sino que el Verbo se hizo carne. Conforme al uso que el Nuevo Testamento da a la palabra carne, ésta se refiere al hombre caído (Ro. 3:20). No obstante, es con cierta renuencia que les digo que Cristo se hizo “un hombre caído”, debido a que ello podría ser malinterpretado por ustedes y tal vez piensen equivocadamente que yo dije que Cristo llegó a ser un hombre en quien había pecado. Debemos afirmar categóricamente que Cristo no se contaminó con el pecado al hacerse hombre, pero sí se hizo hombre después que la humanidad ya había caído. Por consiguiente, Él se hizo carne, pero solamente en semejanza de la carne de pecado (8:3).
Estrictamente hablando, la Biblia dice: “En el principio era el Verbo ... y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Aquí debemos ver que este Dios, quien era el Verbo, no es una parte de Dios ni solamente Dios el Hijo, sino Dios el Hijo y Dios el Padre y Dios el Espíritu, es decir, el Dios completo. El Nuevo Testamento no dice que el Verbo era Dios el Hijo; de hecho, no dice que el Verbo era Dios el Hijo, ni tampoco Dios el Padre ni Dios el Espíritu; más bien, el Nuevo Testamento dice que en el principio era el Verbo y que el Verbo era el Dios completo, esto es, el Dios Triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu.
Luego, leemos que el Verbo se hizo carne (v. 14). Por tanto, Cristo es el Dios completo —el Padre, el Hijo y el Espíritu— que se ha encarnado. Estrictamente hablando, el Nuevo Testamento no dice que el Verbo se hizo hombre, sino que el Verbo se hizo carne. Conforme al uso que el Nuevo Testamento da a la palabra carne, ésta se refiere al hombre caído (Ro. 3:20). No obstante, es con cierta renuencia que les digo que Cristo se hizo “un hombre caído”, debido a que ello podría ser malinterpretado por ustedes y tal vez piensen equivocadamente que yo dije que Cristo llegó a ser un hombre en quien había pecado. Debemos afirmar categóricamente que Cristo no se contaminó con el pecado al hacerse hombre, pero sí se hizo hombre después que la humanidad ya había caído. Por consiguiente, Él se hizo carne, pero solamente en semejanza de la carne de pecado (8:3).
CRISTO ES DIOS AMEN...