jueves, 17 de julio de 2008

LA ASCENSION DE CRISTO


LA ASCENSION DE CRISTO Y SU VIVIR PARA SIEMPRE COMPRUEBA QUE EL ES DIOS
Casi dos mil años han pasado desde que el Señor Jesucristo resucitó. Durante estos dos mil años la historia de la humanidad ha comprobado que nada puede destruir ni quitar este Cristo de Su lugar en el mundo. Los reyes y los imperios han venido y han pasado. El Imperio Romano que en cierta época era la gloria de la civilización antigua se ha desmenuzado, pero el pequeño Jesús de Nazaret a quien persiguió, ha triunfado y permanece. Cuarenta días después de la resurrección, Cristo ascendió a la diestra de Dios (Hch. 1:9; 2:33-36). Hoy El es el Rey de reyes y el Señor de señores (Ap. 19:16). El es Dios y rige todo el mundo. Grandes monarcas y dinastías imperiales han edificado monumentos y edificios en conmemoración a sí mismos, pero se caen en pedazos mediante los ojos de su posteridad. Pero el nombre de Cristo ha permanecido, y Su cruz brilló por las edades con una gloria que siempre aumenta. Los reyes y los conquistadores han instituido calendarios para conmemorar a sus reinados, pero el único calendario que ha permanecido es el calendario de Cristo. Actualmente, en el oriente y en el occidente, desde la nación más industrializada hasta la más atrasada, todos usan el calendario universal, el calendario de Cristo. Sin darse cuenta, el mundo entero reconoce que Cristo es el único Monarca y el Soberano supremo.
Hoy día, todos los eventos mundiales están en manos de Cristo. El es el verdadero Administrador del universo (Ap. 1:5). No ha permitido que el mal perdure, y no ha abandonado al hombre a su propio destino. Detrás de la gran rueda de la historia humana está la mano omnipotente de Cristo.
Cuando los judíos mataron a Jesús, pensaron que los discípulos que le rodeaban se dispersarían en corto tiempo. No esperaban que en menos de dos meses la situación cambiaría por completo y que miles se convertirían a Cristo. El Imperio Romano menospreciaba las pequeñas comunidades de cristianos y pensaba que en poco tiempo su poder imperial aplastaría un movimiento tan débil. No se daban cuenta de que en menos de cuatro siglos los seguidores de Jesús el nazareno se propagarían como fuego por todo el dominio, aun hasta el punto de devorar el imperio mismo. Hace setenta y cinco años los comunistas proclamaron que el cristianismo moriría en esa misma generación. No esperaban que los cristianos por todo el mundo se multiplicarían en miles y millones, incluso dentro de sus propios países ateos. Actualmente en Rusia, en China y en Estados Unidos, millones de cristianos dan testimonio de la fe que han encontrado en Jesucristo. Cada día miles de personas se vuelven a Cristo y se le entregan sus vidas. La fe cristiana no está muerta. Por el contrario, es más viva que en cualquier otra época en la historia. Todo esto una vez más comprueba que Jesucristo es Dios y que vive para siempre.

CRISTO ES DIOS AMEN...

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