viernes, 13 de abril de 2012

Conocer las cosas del hombre


Lectura Bíblica

1 Corintios 2:11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Job 32:8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.

Conocer las cosas del hombre

Sin importar cuán educada sea la gente del mundo, no conoce las cosas del hombre. Estas cosas no se refieren al matrimonio, la vivienda, el alimento ni la transportación. Esto se puede conocer sin la ayuda del espíritu humano y no constituye las cosas del hombre a las que Pablo se refiere en el versículo 11.

Según la Biblia, ¿cuáles son las cosas del hombre? Cuando la Biblia menciona al hombre por primera vez, habla de que éste fue hecho a imagen de Dios (Gn. 1:26). Así que, el primer aspecto de las cosas del hombre es que éste fue creado por Dios a Su imagen para expresarlo a Él. Pero el hombre cayó y se volvió pecaminoso. La mayoría de los filósofos no están conscientes de ser personas caídas. No obstante, la caída del hombre constituye un punto importante con relación a las cosas del hombre. Como personas que Dios creó y que cayeron, necesitamos arrepentirnos, ser salvos y regenerados. Esto también pertenece a las cosas del hombre. Ahora, como personas salvas y regeneradas, debemos amar al Señor, vivir por Él, expresarle y llevar a cabo Su propósito eterno. Estos son otros aspectos que figuran entre las cosas del hombre.

Las personas del mundo no conocen ninguna de estas cosas porque no ejercitan su espíritu. Si usted conversa con un profesor que no cree en estas cosas, no entenderá nada. Tal vez tenga conocimiento de las matemáticas o de la ciencia, pero no sabrá nada de las cosas del hombre. De igual manera, los médicos tienen conocimiento de la medicina y las vitaminas, pero no conocen las cosas del hombre. Antes de ser salvos, nosotros tampoco teníamos entendimiento de estas cosas porque nuestro espíritu estaba amortecido. Ni siquiera sabíamos que teníamos un espíritu humano, y por ende, nunca lo usábamos. Sin el espíritu humano, ¿cómo conoceremos las cosas del hombre? Sencillamente es imposible. No podemos conocerlas sin ejercitar el espíritu humano.tomado de lsm.org

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