jueves, 29 de mayo de 2008

Alimento diario 28 de mayo


Alimento diario 28 de mayo
La vida y la naturaleza de Dios – Las epístolas de Pedro
Semana 2 --- Los elegidos
Miércoles --- Leer con oración: 1 Ti 2:3a-4; 2 P 3:15-17
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Ti 2:2)
Servir conforme al encargo del Señor
Pedro y Pablo servían conforme al encargo que recibieron del Señor. Entre ellos no había críticas o juicios. El mismo apóstol Pedro, en su segunda epístola, menciona que las palabras de Pablo, por ser difíciles de entender, eran torcidas por personas indoctas (2 P 3:15-17).
Últimamente, en nuestra experiencia, hemos resaltado el ministerio ulterior de Juan que nos introdujo en el ministerio orgánico. Pero no podemos usar esto para criticar a los demás. En realidad, nuestro deseo debe ser como el de Juan, es decir, practicar la verdad a fin de que ésta llegue a ser vida. No vemos a Juan opinando sobre las cosas. El se despojó de todo, por eso el Señor le dio la revelación de Apocalipsis. Si estuviese lleno de sus propias cosas y no se hubiese despojado, podría haber mezclado sus propias cosas con el contenido de Apocalipsis, y causado una confusión.
Por eso Juan, ya avanzado en edad, fue a Éfeso a fin de practicar las palabras de Pablo. Todos los escritos de Pablo, que son aspectos preciosos de la verdad, necesitan ser practicados. Hasta la visión que el Señor le dio en el tercer cielo y fue registrada en sus epístolas, principalmente en las últimas como Efesios, Filipenses, Colosenses y Hebreos. Mientras estuvo en la prisión romana, el apóstol escribió las verdades pero no sabía cómo las iglesias las recibirían y practicarían. Por tanto, el encargo principal del Señor a Pablo fue que él escribiese todas las verdades.
En 1 Timoteo 2:3-4 Pablo afirma que Dios desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al pleno conocimiento de la verdad. Todos los salvos necesitan llegar al pleno conocimiento de la verdad. Pablo le pidió a Timoteo que enseñase la Palabra a hombres fieles para que enseñen también a otros, y éstos a su vez lo pasarían a otros más, y así sucesivamente (2 Ti 2:2). Esto nos muestra que Pablo daba importancia a que las verdades fuesen transmitidas, aunque él personalmente no pudiese llevar a las iglesias a practicarlas por estar en la prisión. Finalmente, el Imperio Romano lo condenó a la muerte.
Después de veinte años, Juan se encontraba en el espíritu, en la prisión en Patmos, y fue allí que Dios le dio el encargo de escribir el libro de Apocalipsis, él recibió mucha luz y revelación. Por eso al ir a Éfeso, Juan llevó esas revelaciones a fin de practicarlas; principalmente, lo que había visto en la iglesia en Filadelfia: guardar la Palabra del Señor y no negar Su nombre (Ap 3:8). Esto fue lo que Juan comenzó a promover. ¡Gracias al Señor!
Estas cosas son básicas. Si queremos entender la verdad necesitamos estar en el espíritu; en caso contrario, sólo usaremos las verdades para hablar entre nosotros, discutir y estudiar. Por causa de las diferentes opiniones y puntos de vista, comenzaremos a criticarnos unos a otros. Pero si usamos nuestro espíritu que está mezclado con el Espíritu de Dios, la Palabra será vida para nosotros.
Punto Clave: Ser fiel al encargo del Señor
Pregunta: ¿Cuál era el encargo de Pablo?

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