viernes, 6 de junio de 2008

alimento diario 5


Hijos maduros Efesios 1:5 nos dice que fuimos predestinados para la filiación (VR). No obstante, una cosa es cierta: para recibirla es necesario crecer en vida. El término "filiación" en la Biblia se refiere a la "posición" de un hijo maduro, la condición de un hijo adulto, o el derecho de los hijos en su etapa de madurez. Es decir, se refiere a aquellos que calificaron para obtener la herencia porque crecieron en vida. Antes de la fundación del mundo ya habíamos sido marcados para crecer en vida y alcanzar la madurez. La vida de la iglesia es el ambiente ideal para esto. No sólo fuimos elegidos, también fuimos predestinados para esta plena filiación. Aunque Pedro no haya hablado de esta manera a los cristianos judíos, sin duda todos eran hijos y necesitaban alcanzar la plena filiación. Los que fueron regenerados están destinados para una esperanza viva (1 P 1:3), que se refiere a reinar con el Señor en el reino milenario y a ser la Nueva Jerusalén por la eternidad. En este mismo contexto, en 2 P 1:5-7 leemos: "Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor". Estos textos nos muestran que el inicio de nuestra vida cristiana comienza con la fe y se desarrolla por medio de la búsqueda hasta que lleguemos a la última etapa, que es el amor ágape, el amor de Dios. Al llegar a esta condición ya estaremos aptos para obtener la herencia. Además, 1 Pedro 1:4 continua: "Para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros". Esta palabra fue dirigida a los judíos salvos, elegidos, que por medio del Espíritu habían recibido la vida divina. De esta manera fueron santificados y llegaron a tener una esperanza viva. Esta esperanza es algo que se espera recibir, y no es algo que ya se obtuvo. Además, no se trata sólo de una esperanza, sino de una esperanza viva, una esperanza incorruptible, sin mancha, inmarcesible, es decir, que no se marchita, reservada en los cielos. No es una herencia terrenal, como en el caso de Abraham, sino que es algo que está reservado en los cielos. El Señor nos eligió y preparó todo esto para nosotros, los que creímos. Gracias al Señor, porque fuimos predestinamos para Él, a fin de ganar la primogenitura.Punto Clave: Crecer en vida para obtener la herencia Pregunta: ¿Cuál es el verdadero sentido de la palabra "filiación"?

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