martes, 10 de junio de 2008

alimento diario 7


"Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvacion de vuestras almas" (1 P 1:9)
Tomar la cruz para mortificar al "yo"
Todos los salvos, tanto judios como nosotros los gentiles, tenemos la misma meta: obtener una herencia reservada en los cielos. No es solo una promesa de algo fisico y terrenal como la tenia Abraham; es una herencia que está reservada para nosotros y que será manifestada en el tiempo postrero. Sin embargo, necesitamos leer 1 Pedro 1:5 que nos dice: "Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero". Esto significa que para obtener la herencia es necesario cumplir un requisito: alcanzar la salvación completa, y esto se aplica tanto a judíos como a gentiles; se aplica a todos: brasileños, chinos, americanos, todos son iguales. Todos somos guardados por el poder de Dios, porque somos fruto de la misma elección divina. Tambien fuimos lavados y purificados por la sangre de Cristo y recibimos el Espiritu Santo. Pablo enfatiza esto al decir que fuimos predestinados para esta herencia (Ef 1:18).
La salvación mencionada por el apostol Pedro está compuesta por tres etapas: la del espiritu, la del alma y la del cuerpo. Si falta una de esas tres etapas, nuestra salvación será incompleta, por tanto, no podremos recibir la herencia. Ella está preparada para manifestarse en el tiempo postrero, es decir, se completará en el tiempo postrero. Entonces, ¿que debemos hacer hoy en la vida de la iglesia? Retener esta esperanza y perseverar en el camino a la plena salvación. La primera etapa, que es la del espiritu, se produjo cuando creemos en el Señor. La tercera y ultima ocurrirá en la segunda venida del Señor, cuando Él mismo hará de nuestro cuerpo, un cuerpo incorruptible. Pero la etapa intermedia, que corresponde a la del alma, ocurre en el tiempo presente, en la vida de la iglesia. Aunque sea tambien una obra que el Señor opera en nosotros, necesitamos desarrollar esta salvación (cfr. Fil 2:12b). Como dice el versículo 9: "Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas".
Para describir un poco más cómo se produce la salvación del alma, vamos a leer Mateo 16:24: "Entonces Jesús dijo a sus discipulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". Estas palabras fueron dichas por el Señor despues de haber revelado a la iglesia (v. 18). Esto significa que despues de entrar en la vida de la iglesia necesitamos tener una vida de seguir al Señor. La vida de la iglesia equivale a seguir al Señor. Mientras Lo seguimos, necesitamos cumplir los requisitos de negarnos a nosotros mismos. Incluso cuando decimos: "¡Amen!", necesitamos hacerlo dispuestos a negar el ego. Si nuestro "yo" no es negado, el amen que decimos no puede ser tan fuerte.
En otras palabras, la vida de la iglesia es una vida de negarnos a nosotros mismos, y perder la vida del alma, tomar la cruz y seguir al Señor. Por eso, cada uno de nosotros debe tomar la cruz y seguir al Señor. Fue suficiente que el Señor Jesús fuera crucificado una vez, para solucionar todos nuestros problemas; pero para nosotros, es diferente: debemos tomar la cruz todos los días. Por eso hoy, en la vida de la iglesia, debemos ser los que cada día toman la cruz para seguir al Señor. Ademas, seguimos al Señor tomando la cruz. Sin tomar la cruz es imposible seguirlo. Si todavía intentamos seguirlo trayendo nuestro "yo" con nosotros, nuestro seguir no es eficaz. Cuando tomamos la cruz mortificamos a nuestro yo.
Punto Clave: Alcanzar la plena salvación
Pregunta: ¿Cuál es el requisito para obtener la herencia?

Jesus es el Senor!

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